Cuando llegué a Estrella Guía por primera vez, llegué con las alas rotas, con una carga muy pesada en mi espalda y en mi corazón. A través del tiempo aprendí muchas cosas, encontré un gran apoyo, lo que quería, lo que necesitaba. Gracias Estrella Guía por darme esta oportunidad.
En Estrella Guía me escucharon, encontré personas que caminaban por mi mismo rumbo, íbamos en el mismo vagón, en la misma sintonía, realmente encontré lo que tanto necesitaba: un respiro para el alma. Y así, junto a las madres que en cada sesión lloramos juntas, encontré consuelo y crecimos juntas.