Cuando se trata de la alimentación de nuestros hijos(as), por lo general buscamos un alimento que sea visualmente atractivo para que se lo coma, sin embargo, en un gran porcentaje estos alimentos no son la mejor elección. Todavía se tiene la idea de que si un alimento no se ve bien, quiere decir que no sabe bien.
¿Qué es lo que hacen las empresas?, adicionan estas sustancias a los productos que, por lo general, no tienen buen aspecto o que sufrieron un deterioro del mismo al momento de procesarlo, para hacerlo más atractivo al público que más fácilmente puede caer en esto, nuestros niños(as), incluso nosotros. Por otro lado, no solo adicionan estos para volverlo un producto con aspecto atractivo, también sirven para la conservación, aroma y sabor del mismo.
Los colorantes pueden ser naturales y artificiales, siendo los naturales aquellos extraídos de fuentes vegetales, animales o minerales, y por lo general estos no causan estragos a la salud; los sintéticos son aquellos que fueron creados químicamente y estos sí tienen repercusiones en la salud, en general a todos nos afecta, pero principalmente a nuestros niños(as), siendo algunos de sus efectos: hiperactividad, alergias, déficit de atención, entre otros, además algunos incluso son potencialmente cancerígenos.
Por lo tanto, si en tu casa o salón de clases tienes a un niño(a) con hiperactividad, déficit de atención o cualquier otra desorganización cerebral, te invito a que informes a los padres de familia sobre estos aditivos alimentarios que pueden ser un factor en la mejoría del niño(a), ya que es común que solo volteemos a ver al azúcar como un causante en la exacerbación de los síntomas.
Procura también alimentos que tengan un color natural sin necesidad de añadir estos aditivos y, sobre todo, toma el tiempo para leer todas y cada una de las etiquetas de los productos porque recuerda que no porque se vea bonito tiene que ser precisamente la mejor elección.
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