El proceso educativo de los hijos comienza por la familia, conforme va creciendo y se integra a la escuela se convierte en un trabajo en equipo: escuela y familia. Esta tarea debe ser compartida, ya que si lo visto en la escuela no se refuerza ni se le da seguimiento en casa, resulta más difícil afianzar estos nuevos conocimientos.
A los padres a veces se les dificulta comprender cuál es su rol en este proceso y cómo pueden involucrarse, pero son indispensables. La familia actúa como soporte básico para la educación de los pequeños y es en casa donde se fortalece la autoestima, por eso cuando los padres se involucran se obtienen mejores resultados en la escuela. Además, los pequeños tienen un mejor rendimiento académico y tienen una actitud más positiva hacia todas las actividades escolares.
Dicho esto, te invito a motivar e impulsar el aprendizaje de tu hijo:
1. Felicítalo ante los buenos resultados académicos
2. Valora su esfuerzo y dedicación empleado en el estudio
3. Mantén una buena comunicación con los maestros del centro educativo, ellos te pueden guiar sobre sus logros, avances, limitaciones y soluciones educativas estratégicas para apoyarlos en casa y darle seguimiento.
4. Participa de manera activa en las actividades de la escuela, de esta forma le demuestras interés por sus estudios, se sentirá acompañado en su desarrollo académico y le dará mayor seguridad para enfrentar este nuevo reto.
Nunca es demasiado tarde para involucrarse en la educación de tu hijo.
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