Cómo estimular el desarrollo del lenguaje

El lenguaje hablado está involucrado en el desarrollo humano de muchas formas. La capacidad de hablar, permite a los seres humanos expresar ideas, conocimientos, emociones y deseos, además ayuda a establecer vínculos sociales.  

La adquisición de esta habilidad es un proceso complejo que depende de la maduración de varios sistemas del cuerpo, como el sistema auditivo y el sistema nervioso; también es imprescindible el desarrollo psicológico y emocional, así como recibir los estímulos adecuados desde edades tempranas. Estos estímulos son proporcionados por el medio que rodea a las niñas y niños, por ejemplo los sonidos presentes a su alrededor, los juegos que les enseñan sus cuidadores y la relación con otras niñas y niños.

Algunas recomendaciones para contribuir al desarrollo del lenguaje de las niñas y niños son:

  • Permitir la socialización con otras niñas, niños y adultos, aprovechando su curiosidad natural a través del juego.
  • Prestar atención a los intentos de la o el niño por comunicarse. Ya sea repitiendo los sonidos que hace, respondiendo preguntas o correspondiendo el contacto visual.
  • Ser un modelo a seguir teniendo una comunicación apropiada y compartir el interés por el lenguaje oral y escrito. 
  • Leer historias y permitir que las niñas y niños participen completandolas desde su imaginación o leyendo cuando estén en edad de hacerlo.
  • Reforzar conductas que favorezcan el aprendizaje del lenguaje. Esto puede lograrse haciendo elogios, felicitaciones y demostraciones de afecto cuando la niña o el niño juegue con libros, haga sonidos nuevos, cante o intente decir palabras.
  • Presentar materiales de lectura y escritura en sus espacios para que puedan manipular y explorar. Pueden ser libros o revistas con imágenes, colores, figuras y letras.

Actualmente existen juguetes, programas de televisión y videojuegos interactivos que están diseñados para facilitar el aprendizaje del habla, sin embargo, estas herramientas no pueden sustituir la presencia y la participación de las personas más cercanas a la niña o el niño, especialmente madres, padres y cuidadores.