LA DIVERSIÓN Y EL APRENDIZAJE
Jugar y divertirse durante la infancia ayuda a las niñas y niños a experimentar, conocer, avanzar y completar su desarrollo. Como padres, incluso aunque tengamos nuestras reservas, es importante ser parte del proceso. Pasar un tiempo jugando con ellos, pese a mancharnos y el dolor en las articulaciones, ayudará a nuestros hijos a sentirse más seguros, a aprender de una forma más divertida y también se desarrollará una convivencia y confianza muy amena entre ellos y nosotros.
A través de este método de aprendizaje, los niños viven experiencias de acuerdo a su edad, obviamente los juegos varían de acuerdo a la etapa en la que se encuentran. De forma natural e instantánea, despertará en nuestros niños y niñas, la necesidad de nuevos juegos y actividades que presenten nuevos desafíos y generen interés.
No hay que subestimar el poder del juego para aprender incluso en los momentos de aburrimiento, pues se pueden usar estos tiempos para estudiar conceptos o para practicar algunos de los aprendizajes más cotidianos como la redacción o las matemáticas.
Algunas niñas suelen jugar a ser la maestra o a la “escuelita”, incluso pueden llegar a jugar a ciertas profesiones específicas como doctor, bombero o mecánico. Aunque a simple vista puede parecer juego de representación simple, los niños se acercan de forma proporcional a su edad a conceptos y técnicas desde una perspectiva totalmente lúdica y divertida. Pero en definitiva no es algo que nosotros debamos forzar a hacer, dado que cada edad y cada etapa tiene sus desafíos e intereses, por lo que suelen variar mucho el tipo de juegos que les estimulan.
Para bebés de menos de un año, lo primordial son los juegos que ayudan a su desarrollo motor y que implican cierto movimiento, esto a través de juegos simples basados en las sensaciones que pueden activar sus sentidos: oído, tacto, olfato, vista, también juegos repetitivos que llamarán su atención y les servirán para gastar energía.
Después, entre los 3 y 4 años, es el momento en el que niñas y niños entran en una etapa donde juegan con las fantasías, la imaginación y lo simbólico, es algo vital, porque de esta forma asumen roles en forma de juego y le dan significado a las cosas que los rodean. Una de las mejores cosas de esta etapa, es que podemos hacer diversos e interesantes juegos con cosas tan simples como cajas de cartas y otros artículos que estén al alcance. ¡En internet puedes investigar muchas opciones!
Entre los 5 y 7 años comienzan a entender ciertas reglas simples, comienzan a gustarles los juegos de construcción y otros donde se les presenten retos con una complejidad intelectual más alta, como rompecabezas y otros juegos de mesa, y a pesar de que no pueden pasar a juegos con reglas muy complejas, suelen disfrutar trabajar en equipos con un objetivo común, como las escondidas o los juegos de pistas.
Después de los 7 años, es recomendable tratarlos como niños más grandes y maduros, empiezan a querer jugar más con niños de su edad y tienen interés por integrarse en grupos, lo cual inicia ciertas necesidades sociales en los juegos, se divertirán al jugar juegos de mesa más complejos y juegos deportivos como el futbol o basquetbol, donde aprenderán a seguir reglas, colaborar en equipo y aprenderán a ganar y perder de forma correcta.
Como pudimos ver a lo largo del texto, el juego siempre nos ha acompañado a través de los tiempos, incluso en la adultez, nosotros mismos no deberíamos quitarle valor e importancia a actividades recreativas y lúdicas como los juegos.
Te invitamos a descubrir nuevas formas de divertirte con tu familia y amigos. ¡Nunca se es muy grande para aprender y jugar!