Los límites y la discapacidad
Poner límites es necesario y pertinente, no importa si el niño(a) enfrenta una discapacidad o no, lo que se logra es formar a personas que se puedan relacionar efectivamente con los demás. No olvidemos que los responsables de educar son los padres.
Algunas recomendaciones:
- Aplicarse por igual a todos los niños(as), si hay más hermanos, los límites son para todos los integrantes de la familia, incluso para los padres.
- Que al niño(a) le quede claro lo que se espera de él(ella), con menores de 6 años hay que comunicarles con anticipación lo que se espera de su comportamiento en situaciones específicas.
- Es importante ser constantes para que se vuelva un hábito.
- Aplicar los límites coherentemente, que la consecuencia tenga relación con la conducta: si el niño tiro: que recoja, si ensucio: que limpie, etc.
- Enseñar con paciencia y amor en los momentos de frustración, dar el espacio para que exprese la emoción sin dejar de acompañar en ese momento (estar presente), recordar en este punto solo hacer referencia a lo observable: “veo que estás molesto”.
- Dejar que experimente las consecuencias naturales de su error al no cumplirse lo esperado, hay que crear el espacio para la reflexión, si existe una discapacidad intelectual hay que explicar claramente con pocas palabras lo que ha sucedido debido a…
Las ganancias al aplicar límites son tanto para niñas y niños, como para los padres de familia; en el caso de los infantes con más seguros de sí mismos, con autoestima fuerte, abiertos a la comunicación, establecen acuerdos, permiten tener puntos de referencia claros sobre lo que debe o no debe hacer, se sienten comprendidos y amados por sus padres, saben cómo responder a la frustración y autorregularse emocionalmente. Los padres son coherentes, se conocen más así mismos ya que es inevitable verse reflejados a través de sus hijos(as), son más conscientes de sus emociones y aprenden a comunicarse de mejor manera, procuran el desarrollo y aprendizaje a través del ejemplo.
Recuerda que el amor de tu hijo(a) hacia ti no cambia si le pones límites, tampoco está en juego tu amor hacia él(ella) al no lograr la conducta esperada.
Psic. Maira Germán
Educación continua