¿QUÉ TANTO VE MI BEBÉ?
Es habitual que los recién nacidos mantengan los ojos cerrados la mayor parte del tiempo. Existen muchas creencias sobre cómo es la visión de los bebés recién nacidos que van desde que el bebé no puede ver o bien, que sólo ve en blanco y negro. Esto es totalmente falso, ya que desde el primer momento de vida el bebé puede ver, aunque su visión sea limitada.
Uno de los primeros estímulos visuales que será capaz de interpretar es el rostro de su mamá, además de asociarlo a sensaciones agradables. También pueden percibir cambios en la intensidad de la luz, es decir, percibe destellos o cuando una luz se enciende en un ambiente oscuro, así como fijar puntos de contraste (escala de blanco, grises y negro).
En el primer mes de vida, el niño(a) comienza a mostrar interés por el entorno, aunque su atención se mantiene por muy breves periodos de tiempo. A los dos meses, tiene la capacidad de seguir un objeto en movimiento lento a una distancia aproximada de 30 a 60 centímetros y comienza a percibir mejor los contornos de los objetos.
Entre los tres y cuatro meses hay un mayor control de los músculos de los ojos, lo que permite que tenga la capacidad de seguir objetos y de discriminar objetos con mínimo contraste. Durante el cuatro y sexto meses se desarrolla la visión del color y es capaz de ver a una mayor distancia. A partir de los siete meses, el bebé puede fijar la mirada en los objetos y a desarrollar la percepción de la profundidad.
Sin duda, el sentido de la vista en un recién nacido es el menos desarrollado y para que este funcione en su totalidad es necesario un proceso de adaptación, ya que es a través de este sentido que se da el intercambio entre el bebé y su entorno.