Día internacional de la paz
Desde el 2001 se ha considerado el 21 de septiembre como día internacional de la paz, inició con la propuesta de alto al fuego y no violencia por 24 horas, y con la práctica se estableció como día oficial para la promoción y preservación de la paz. Sin embargo, para aspirar a alcanzar la paz, propiamente dicha, no basta con hacer referencia a la disminución de uso de armas de fuego, sino que engloba procesos sociales más complejos, es decir, un estado de bienestar y paz no es sinónimo de no guerra o de no violencia. Es sinónimo de libertad, empatía, solidaridad y seguridad. Es la capacidad que la sociedad le brinda a cada persona a ser libremente, ser respetada y dignificada sin importar raza, género, ideología, orientación sexual ni edad.
De manera individual, el autoconocimiento es clave para estar en paz con uno mismo. A medida que el individuo se va conociendo y descubriendo podrá adoptar hábitos que le brinden paz y llevar a cabo procesos como el perdón, la autocompasión y comprensión que le permitan sanar y soltar aquello que no aporta nada valioso; recordando que sólo aquella persona en paz consigo misma podrá brindar y estar en paz con el resto.
¿Qué podemos hacer desde la familia para generar ambientes de paz?
Educar bajo la premisa de no violencia, promoviendo el respeto y el diálogo ante los conflictos y situaciones familiares. Como cuidador, debes ser el ejemplo para las y los niños, en las riñas entre hermanos(as) puedes intervenir como mediador siempre priorizando el diálogo y la comunicación asertiva. Aprende a perdonar y enseña a otorgar el perdón; en ocasiones, se cree que como adultos está mal visto disculparse con las y los hijos cuando se comete una falla, sin embargo, esto solo es sinónimo de madurez y una forma de mostrarles que, al igual que ellos eres humano, que es válido cometer errores cuando se está dispuesto a reconocerlos y aprender de ellos. Usa las palabras mágicas y enséñales a usarlas; las palabras mágicas son aquellas que permiten la comunicación con cordialidad y empatía hacia los demás “por favor, gracias, disculpa” son algunos ejemplos.
Día con día todas y todos podemos aportar un granito de arena para lograr los objetivos de paz comenzando en casa y con quienes nos rodean para poder vivir en sociedad sintiéndonos libres, seguros y respetados.