El 12 de septiembre se celebra el “Día Nacional de las Mujeres con Discapacidad” aprobado en 2020 por el Senado de la República. Con esta declaración se honra a Gabriela Brimmer Dlugaz quien fue una persona con parálisis cerebral, activista por los derechos de la personas con discapacidad que dejó un gran legado con la fundación de la Asociación para los Derechos de las Personas Motoras y algunos premios en su honor. Esta celebración tiene como objetivo visibilizar las demandas de las mujeres con discapacidad para mejorar su calidad de vida y contribuir a la construcción de un mejor entorno social.
Las mujeres con discapacidad experimentan doble discriminación, por discapacidad y por género, por lo tanto, se enfrentan a dificultades muy graves tanto en el ámbito público como en el privado, se enfrentan a obstáculos en el acceso a la igualdad de condiciones, a la educación de calidad, a los servicios de salud, a la cultura, a la protección social, a la formación profesional y al empleo, incluso a derechos básicos como formar una familia o participar de la vida social.
Se habla mucho de los avances logrados en cuanto a los derechos humanos en favor de las mujeres incluídas las que tienen una discapacidad y aunque es un triunfo de la lucha por sus derechos, no es suficiente. Es necesario que las instituciones públicas y privadas garanticen el cumplimiento de estos derechos y se eliminen prácticas discriminatorias en la sociedad en general.
El primer paso para la eliminación de la violencia y la discriminación hacia las mujeres con discapacidad es dejar de verlas desde un modelo médico (con una enfermedad y dependientes de los demás) y verlas como mujeres capaces que aún con todos los obstáculos sociales han sobrevivido y ahora luchan por visibilizarse en la sociedad.
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