“Enfriar” tus emociones no se refiere a que congeles, olvides o dejes de amar a tus hijos o pareja y te vuelvas un témpano de hielo. Simplemente es tomarte el tiempo para reconocerte como un ser digno, y con entereza recobrar la cordura emocional.
Es importante platicarlo en familia para que cuando suceda dicha acción todos estén en la misma sintonía.
A continuación te doy algunos aspectos a tomar en cuanta para llevarlo a cabo:
1. Toma conciencia de las sensaciones de tu cuerpo, las cuales te indican tu nivel de estrés, frustración o emoción que va surgiendo y si sabes que puedes herir o reaccionar de una manera negativa, sigue el punto dos.
2. Elige un lugar a donde puedas retirarte y estar un momento solo, puede ser en tu casa o fuera de ella, pero que te brinde bienestar, paz, tranquilidad y puedas conectarte contigo.
3. Una vez calmado(a), continuas con la actividad o resolución pendiente.
4. Busca soluciones y responsabilízate de los acuerdos.
Esto no quiere decir que lo tengas que hacer en cada situación, sólo en aquellos casos que lo consideres necesario, siempre busca la solución a cualquier conflicto que se presente en la familia.
Respetarte a ti mismo, genera el respeto hacia los demás. Recuerda que antes de responder o tomar cualquier decisión, lo mejor es observar tus emociones objetivamente y calmarte
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