“Mi hijo no me hace caso”, “Mi hijo es muy hiperactivo”, “En la escuela reportan muy seguido a mi hijo” Estas son algunas de las frases que más escucho, y mi respuesta siempre es: “¿Qué come tu hijo en un día normal?”
Tal vez estarás pensando: ¿por qué les pregunta eso? Resulta que la alimentación es básica para el comportamiento y rendimiento de los niños. Si tu hijo come muchas galletas, pastel, cereal, pan dulce, tortillas de harina o pasta, debes tener cuidado porque está consumiendo una enorme cantidad de gluten, el cual es una proteína que contiene trigo, cebada y centeno.
En la actualidad hay un gran debate acerca del gluten. David Perlmutter, un reconocido neurólogo, asegura en su libro “Cerebro de Pan” que el trigo no es el mismo de antes, ya que ahora se mezclan diferentes plantas de trigo (modificadas en laboratorio), para crear una combinación perfecta de grano.
Por lo tanto nuestro intestino no está preparado para digerir esa modificación, esto produce complicaciones en el intestino y el cerebro. Las alteraciones más comunes son problemas gastrointestinales, como el estreñimiento, dolores abdominales, hinchazón, gases, etc.
Pero el gluten también afecta al funcionamiento del cerebro, porque actúa como una droga que produce una sensación de placer, bienestar y euforia. A la larga ese “bienestar” puede ocasionar hiperactividad, déficit de atención, migrañas y cansancio mental.
Si tu hijo come demasiados productos con gluten, se encontrará bajo los efectos de una especie de “droga”. Esto ocasionará que sea hiperactivo, disminuya su rendimiento escolar, se distraiga con facilidad, etc.
Por eso te recomiendo hacer tus propias recetas con harina de maíz, almendra o arroz para sustituir la harina de trigo. Recuerda, cuidar el bienestar de tu hijo está en tus manos.
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