Después del nacimiento, durante sus primeros meses de vida, los bebés dependen totalmente de sus padres para recibir los cuidados necesarios para sobrevivir, o por lo menos esa es la idea que se tiene. Sin embargo, desde el momento de su nacimiento ellos nacen con un instinto de supervivencia, el cual se manifiesta a través de respuestas involuntarias llamadas reflejos. Estos desempeñan un papel muy especial porque además de permitir la supervivencia del niño, también ayudan a identificar su correcto desarrollo.
Los reflejos que se identifican desde el nacimiento del bebé se conocen como reflejos primarios, también llamados primitivos o arcaicos. Estos son una serie de movimientos involuntarios con los que nacen los bebes y se muestran como respuesta a ciertos estímulos. Son movimientos que no se pueden controlar, suceden de forma innata y automática, de ahí el nombre de reflejos.
Es necesario realizar pruebas según la edad del bebé para valorar el grado e intensidad de las respuestas, porque esto muestra señales importantes del funcionamiento y desarrollo neurológico, además, permiten al niño entrar en contacto con el nuevo medio que lo rodea.
Estos reflejos no son permanentes, sino que van desapareciendo conforme el bebé va alcanzando diferentes edades. En el caso de los reflejos que no desaparecen a la edad que normalmente lo hacen, podrían mostrar indicios de algún problema o daño en el sistema nervioso.
¿Cuáles son los reflejos primarios del bebé?
Reflejo de búsqueda y reflejo de succión: estos reflejos están relacionados con la alimentación del niño.
Reflejo de prensión palmar: este es uno de los más conocidos y permite que el niño tome objetos en la palma de su mano con gran fuerza.
Reflejo de prensión plantar y reflejo de babinski: son reflejos que preparan el pie del bebé para realizar la marcha en un futuro.
Reflejo de moro: también conocido como reflejo de sobresalto, como su nombre lo dice provoca en el niño un sobresalto al experimentar una sensación de caída.
Todos y cada uno de los reflejos primarios desempeñan un papel esencial, ya que algunos de ellos son precursores importantes de diferentes etapas del desarrollo del niño, como lo es el caso de la marcha.
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