No me da la vida

¿Alguna vez te has quedado con ganas de hacer alguna actividad, alcanzar un objetivo, un sueño y “no te da la vida”? 

La labor como docente y/o padre y madre de familia conlleva una serie de actividades demandantes de tiempo y atención, por lo que, en varias ocasiones, se puede dejar de lado o “para después” las actividades e intereses propios, pues el tiempo no parece suficiente. 

El tiempo es un recurso muy valioso, limitado y escaso; por lo que cada minuto es una oportunidad, una posibilidad. El tiempo es vida y es irreversible, cuando este se nos escapa de las manos, con él se escapa también la vida y solo tenemos una.

“El tiempo es la duración de las posibilidades; pasadas esas posibilidades podemos decir que también ha pasado con ellas el tiempo de aprovecharlas. En tal sentido, no es propiamente el tiempo lo que se va, sino la oportunidad que estuvo a nuestro alcance y ya no volverá a estarlo”.

Asdrúbal Ríos.

El problema de la conocida frase “No me da la vida” al momento de querer justificar el no hacer lo que te gusta, no consiste en la falta de tiempo, sino en la dirección que le damos, como dice Zig Ziglar, pues todos contamos con días de 24 horas.

En la antigüedad, el tiempo se dividía entre Kairos (conocido como el tiempo cualitativo, el momento oportuno, el que marca calidad) y Cronos (conocido como el tiempo cuantitativo, un lapso de tiempo, el que marca cantidad). 

La perspectiva Kairos del tiempo es usarlo en lo que le agrega valor, es controlar las actividades y no las horas. Es por eso que te dejo una serie de recomendaciones para que puedas darle dirección a tu tiempo:

  • Has una lista de tus objetivos. Determina qué quieres lograr a corto, mediano y largo plazo.

Ejemplo: 

Corto: Hacer un viaje con mi familia.

Mediano: Remodelar mi casa.

Largo: Tener una maestría.

  • Divide tus proyectos a gran escala en una lista de tareas más pequeñas y sus correspondientes soluciones.

Ejemplo: 

Para el objetivo a largo plazo, debo:

-Buscar maestrías que me interesen.

-Consultar costos y planes de estudios.

-Definir fecha de inicio, etc.

  • Pon en orden tu día. Haz una lista de tus actividades diarias, planifica todo y contempla las eventualidades, es decir, lo que ocurre sin previo aviso (como recomienda Andrade, 2021).
  • Clasifícalas de acuerdo con tus objetivos: indispensable, conveniente y no indispensable, definiendo las prioridades en tu vida. 
  • Elimina las que clasificaste como “No indispensables”.

También te recomiendo usar como planificador de actividades la Matriz Eisenhower, dividiendo las cosas en:

-Urgente e importante: Hazlo ahora.

-No urgente, pero importante. Decide fecha para hacerlo.

-Urgente, pero no importante. Delégalo.

-No urgente y no importante. Elimínalo.

La clave está en enfocar tu día, dándole prioridad en lo que para ti es importante para el logro de tus objetivos y avanzar en ellos. Es muy importante que consideres tus descansos en tu planeación diaria para renovar fuerzas y reponer energía. No te abrumes con actividades de poca importancia o que no le agregan valor a tu vida. 

Recuerda que, de acuerdo con el plazo que les diste a tus objetivos, debes de analizar tus resultados y, si es necesario, cambiar el orden de tus prioridades probando diferentes enfoques.

Espero que esta serie de recomendaciones sean de utilidad para comenzar algo que tenías detenido desde hace tiempo.