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¿Has notado como cuando tocas la mano de tu bebé es capaz de cerrar fuertemente sus manos para sujetarlo? A esta habilidad se le conoce como reflejo de prensión y forma parte de los reflejos con los que nacen todos los bebés y que le permiten responder automáticamente ante ciertos estímulos.

Lo curioso del reflejo de prensión es que no es exclusivo de las manos, sino que también está presente en los pies. Podrás observar que cuando algo roza la planta del pie del bebé, doblará sus dedos como si intentara tomar algo.

Algunas características de este reflejo son:

• Como todo reflejo, es un acto involuntario que se presenta como respuesta a un estímulo que se brinda a sus manos o pies.
• Suele producirse de forma más notoria durante el primer y segundo mes de vida del bebé.
• En el caso de las manos desaparece alrededor de los 6 meses.
• En el caso de los bebés prematuros tiende a ser más fuerte.
• Es una señal que indica el buen funcionamiento del sistema nervioso. Como todos los reflejos, este se integra a cierta edad para dar paso a un movimiento más coordinado de sus manos, en caso de que se permanezca después de cierta edad podría ser alerta del incorrecto funcionamiento de este sistema.
• En el tercer mes comienza a transformarse en un agarre menos fuerte pero con mayor movimiento y control en la realización del movimiento.
• A partir del cuarto mes sus sentidos están mucho más maduros y sus acciones son intencionadas y dirigidas. De aquí en adelante la coordinación del bebé va aumentando y comenzará a ser capaz de alcanzar un objeto y tomarlo con ambas manos.
• En el caso de los pies su presencia se extiende hasta los 9 meses de vida.