Día mundial de la lucha contra la depresión

Se conmemora el 13 de enero, con el objetivo de sensibilizar, orientar y prevenir a la población sobre este duro trastorno.

Etimológicamente la palabra depresión proviene del latín depressio, representando la idea de una forma hundida como consecuencia natural o por una fuerza ejercida.

A pesar de que en ocasiones suele utilizarse el término de depresión a la ligera, cabe destacar que es muy diferente sentirse deprimido o triste a estar diagnosticado clínicamente con el trastorno, incluso en sus inicios, cuando no estaba estipulado como hoy en día en los manuales para identificar los trastornos mentales, la palabra empleada para referirse al trastorno era de tristeza profunda o melancolía y se fomentaban actividades distractoras como lectura, juegos, ejercicio y más, con el objetivo de re-equilibrar la química del paciente. Con el tiempo entre el siglo XIX y principios del XX se consolidó en la psiquiatría como disciplina médica, y se buscaron causas exógenas y endógenas, es decir causas externas al individuo e internas relacionadas con factores hereditarios y alteraciones fisiológicas.

Este trastorno se observa cada día con mayor frecuencia a nivel mundial, en todas las edades, mayormente en adolescentes y adultos. Los principales rasgos que caracterizan al trastorno son la tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana, aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio.

Los criterios diagnósticos de la Depresión según la última edición DSM 5 (El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) son los siguientes:

  • Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día.
  • Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días.
  • Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso o disminución o aumento del apetito casi todos los días.
  • Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
  • Agitación o retraso psicomotor (inquietud o enlentecimiento) casi todos los días.
  • Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
  • Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada.
  • Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días. Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

Si identificas que cumples con algunos de los síntomas, te invito a reflexionar y buscar apoyo, se trata de una situación seria que debe ser atendida, aún cuando en los criterios de evaluación diagnóstica se requieren 5 o más de los síntomas asociados, para enmarcar la sintomatología en un cuadro depresivo, la salud mental debe tomarse como prioridad principal, así como la salud física.

Toma en cuenta que para superar un episodio depresivo, la orientación médica especializada y apoyo por parte del entorno afectivo y familiar es fundamental. Existen distintas estratégias para lograrlo, como programas que promueven un modelo de pensamiento positivo, mantener un estilo de vida saludable y contacto social. Además, teniendo en cuenta el criterio médico, se podrán llevar a cabo tratamientos combinados entre terapias psicológicas y/o tratamientos con psicofármacos. 

Otro punto a considerar que puede tener grandes beneficios es tener orden en la vida para combatir el agobio del cual pueden resultar estados de ánimo decaídos, algunas de las recomendaciones que mencionan profesionales de la salud como el Dr.Jordan Peterson es revisar los hábitos y estructuras en la vida de las personas, como tener un trabajo, propósitos, objetivos, relaciones sociales, familiares, pareja, un porqué para levantarse cada mañana.


Existen personas que no cuentan con un trabajo estable y puede tener consecuencias en cuanto a los ritmos biológicos de la alimentación y el sueño, pues sin ese tipo de rutinas en la sociedad, no hay razón en particular para ir a dormir o levantarse a cierta hora lo cuál altera el ritmo circadiano (responsable de regular algunas características físicas y mentales, es decir, el reloj biológico). En definitiva, tener un trabajo es parte de tener una estructura saludable a desarrollar.

Otra parte importante para apoyar en la recuperación de la depresión es desarrollar acuerdos, pensar en todo lo que se puede hacer para estabilizar las distintas áreas de la vida, a sabiendas de lo anterior no es recomendable obligar a la persona a hacer todos los cambios inmediatamente, sino preguntar sobre las cosas que está dispuesta a hacer, generar cambios, modificar hábitos y demás, preguntarse cosas como ¿qué tendría que hacer para que suceda esto que quiero? Posteriormente pensar en las cosas que se está dispuesto a hacer para que sucedan y llevarlas a cabo, practicar este tipo de ejercicios por 3 o 4 días, tendrá resultados significativos en la estructura del día, así como de la percepción de orden que se construye.

Los acuerdos antes mencionados son una forma de negociación, averiguando cuales son los objetivos a cumplir, en caso de no tener objetivos ahora mismo a causa de la depresión, se puede optar por el objetivo menos objetable, con el fin de seguir adelante con el proceso, recordando que las ganancias pequeñas que se van acumulando constituyen increíbles progresos a medida que pasa el tiempo, así como observar tus hábitos para ver que se puede cambiar, en este aspecto, Alexander Solzhenitsyn, un filósofo y novelista Ruso dijo: “puedes mirar tu vida y ver lo que no está bien al respecto, todo lo que tienes que hacer es mirar” luego podrás comenzar a arreglarlo y la forma en la que puedes hacerlo es, iniciar observando que es lo que no está bien y pensar que se puede hacer al respecto y que además estés dispuesto a hacer.

Es importante revisar cómo son los entornos en los que una persona con depresión pasa su tiempo, los entornos modifican en gran parte el pensamiento y comportamiento, es decir, no es la misma actitud que se tiene en una biblioteca, un hospital, una cancha de football, una oficina, una cafetería o un concierto, incluso el entorno mental, la música que se escucha, las películas, series o contenido en redes que se observan, todo esto tiene un impacto notorio en cómo se percibe el mundo, tanto el externo como el interno, de manera que poner atención en los entornos es fundamental para abonar en la recuperación de una persona que sufre de depresión, pues todo esto proporciona a la mente herramientas para crear historias, esa narrativa personal de la posición que se juega en el mundo, los seres humanos, funcionan en gran parte por medio de historias, historias que se cuentan del pasado, lo que fue, del futuro, lo que vendrá, incluso de lo que harás más tarde, al llegar a casa después del trabajo, el inminente fin de semana y su descanso, incluso cuando duermes te cuentas historias sobre lo que ha pasado en el día, preocupaciones o deseos, vaya, que hasta en las redes sociales se ha popularizado la modalidad de historias, entrando en el sentir, orientándo al público hacia ciertas direcciones, bueno, pues algo similar pasa con las historias que se compran, que se cuentan y que se creen, de los demás y de cada uno en particular.

Te invito a seguir reflexionando, estar más receptivo ante este tema tan importante, buscar concientizar  a la sociedad y si padeces del trastorno o conoces a alguna persona que lo padezca, busca apoyo, no estás sola ni solo y que este año sea un nuevo inicio para mejorar en la salud física y mental.