Los bebes que nacen de forma prematura son más vulnerables a tener complicaciones de salud y presentar alteraciones en su desarrollo, generalmente relacionadas con aspectos neurológicos, sensoriales, respiratorios y a su desarrollo cognitivo; por lo que es importante señalar que debido a esto puede verse también afectado su proceso de aprendizaje. Diversas investigaciones científicas han demostrado que el nacimiento prematuro afecta las conexiones cerebrales de los bebes y apuntan su relación a problemas de aprendizaje, concentración y dificultad en las habilidades sociales que muchos de estos niños experimentan a medida que crecen y se integran a la vida escolar; cada vez son más los estudios que relacionan los trastornos de déficit de atención (TDA) y de hiperactividad (TDH) al nacimiento prematuro.
Esto no quiere decir que forzosamente vaya a suceder, cada caso es único y cada bebé tiene distintas necesidades, por lo que sería un error generalizar las características y condiciones que se pudieran manifestar, pero debido a que el riesgo es mayor y son propensos a sufrir secuelas a lo largo de su desarrollo, es fundamental promover una intervención adecuada que propicie un entorno rico en oportunidades que le permitan fortalecerse y desarrollar al máximo su potencial.
La atención temprana proporciona estrategias e iniciativas diseñadas para reducir los efectos y consecuencias que pudieran presentar estos niños. Entre más temprana sea su intervención, el cerebro tendrá mejores condiciones para favorecer las conexiones neuronales y habrá mayor oportunidad de evitar o mejorar cualquier secuela que pudiera existir.
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