Constantemente se habla de la flora intestinal y cómo impacta a nivel cerebral. Sin embargo, es importante que vayamos más allá de sólo esto, por eso te hablaremos del microbioma, el conjunto de los microbios y sus genes que se encuentran en el cuerpo.
El microbioma varía de persona a persona, ninguno de nosotros tiene el mismo y esto depende de muchos factores. Estos, como menciona el doctor Meyer en su libro “Pensar con el estómago”, dependen de los genes de cada persona, la flora materna que todos adoptamos de nuestras madres, los microbios de las personas que están a nuestro alrededor, la actividad física y por supuesto, la alimentación.
Como ves, hay factores que realmente no podemos cambiar, como los genes y la flora materna con la que tuvimos contacto en algún momento, pero sí podemos hacer cambios en la alimentación.
Y es que, hay dos periodos en la vida de los humanos donde hay mayor déficit de diversidad de la flora intestinal, en la infancia y en la edad adulta. Es aquí en donde hay mayores alteraciones neurológicas, siendo en la infancia los trastornos en el neurodesarrollo y en el adulto mayor los trastornos neurodegenerativos.
Por eso, la flora intestinal involucra a todo ser humano y no sólo es importante cuidarla en los niños que presentan algún tipo de desorganización cerebral sino en cualquier persona y en todas las etapas de la vida.
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